sábado, 30 de junio de 2012
convertir una vivienda en oficina
Autónomos y teletrabajadores deben hacer ciertas modificaciones en su casa para poder convertirla en una oficina adecuada.
Decidir hacerse autónomo o no es, sin duda, una de las decisiones más importantes de la vida profesional de cualquier persona. En primer lugar, hay que tener y desarrollar una buena idea, que sea viable y potencialmente lucrativa; después realizar un estudio de mercado para evaluar la recepción que tendrá el bien o servicio que se pretende comercializar, y preparar un plan de empresa en el que se detallen los pormenores de la actividad. Si todas las señales apuntan en la misma dirección, llega el momento de plantearse pasar a la acción.
Cuando, por motivos económicos o prácticos, el lugar donde se va a desarrollar la actividad empresarial es la misma en la que se vive, hay que ser muy consciente de la responsabilidad que conlleva el paso y de los cambios que hay que efectuar en la vida cotidiana para que la iniciativa llegue a buen puerto. Ocurre lo mismo cuando se empieza a trabajar desde casa para una empresa. “Hoy en día, y gracias a las nuevas tecnologías, no es necesario permanecer cada día en el puesto de trabajo para desempeñar las tareas; incluso es mejor para el trabajador disponer de la suficiente flexibilidad”, explican desde BCN Binary, la consultora tecnológica especializada en ahorro de costes y aumento de la productividad. Aunque, eso sí, señalan que “para poder disponer de una flexibilidad laboral es totalmente necesario recurrir a tecnologías eficaces que lo permitan”.
Trabajo por cuenta propia o ajena
Es necesario establecer, en primer lugar, una clara diferencia entre el empleado que trabaja desde casa, de forma permanente u ocasional, pero por cuenta ajena, y el que lo hace por cuenta propia, es decir, un autónomo o profesional liberal. Sebastián Reyna, secretario general de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos de España (UPTA), explica así las razones que mueven a un autónomo a establecer su oficina en casa: “su trabajo es una actividad híbrida, que tiene una parte de desarrollo de sus tareas habituales y otra de atención al público, lo que convierte su caso en algo diferente del de los trabajadores por cuenta ajena”.
Actualmente, existen en España más de tres millones de autónomos (exactamente 3.087.427 en septiembre de 2011, según el Informe de Afiliación a la Seguridad Social en el Régimen de Autónomos RETA, elaborado por UPTA a partir de datos de la Seguridad Social). Para Sebastián Reyna, “la decisión de establecer el lugar de trabajo en casa viene condicionada por varias razones, siendo las dos más importantes la económica y la fiscal. En primer lugar, si una persona va a desarrollar su trabajo en solitario, y parte desde cero, intentará utilizar su domicilio particular para ahorrar costes”. En segundo lugar, continúa Reyna, “seguramente el motivo más importante es porque, de esa manera, el domicilio particular se convierte en domicilio fiscal”.
Ventajas fiscales
Cuando un trabajador se da de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) de la Seguridad Social, tiene la obligación de dar de alta, al mismo tiempo, un domicilio fiscal en el que va a desarrollar su actividad. En el caso de que coincida con su domicilio particular, debe declarar el número de metros cuadrados que va a destinar a su actividad profesional. La fracción que supone esa superficie de la vivienda respecto al total se convertirá en el porcentaje sobre el que el trabajador podrá deducirse los gastos. Tal y como explica Sebastián Reyna, “el trabajador autónomo puede aplicar un porcentaje razonable de gastos, siempre y cuando las facturas estén a nombre del titular del domicilio, porque se considerará gasto profesional. Eso sí, tienen que ser cantidades proporcionadas al total de la declaración”.
Además, tanto al comienzo de su actividad profesional como autónomo, como en cualquier momento del desarrollo de la misma, el trabajador puede acometer obras, reformas o adquisiciones significativas de mobiliario y que sean consideradas inversiones para el negocio y, por tanto, estén sujetas a las deducciones mencionadas anteriormente.
En lo que respecta a los teletrabajadores por cuenta ajena, un estudio realizado por Vanson Bourne para Microsoft, llevado a cabo en 15 países europeos y que recoge los datos de 1.500 personas, un 76% de los empleados que tienen una mayor flexibilidad laboral en España consideran que son más productivos cuando trabajan desde casa y, al mismo tiempo, un 52% cree que esta flexibilidad les hace más productivos, ya que les facilita ajustar su horario laboral a sus compromisos personales. María Garaña, presidenta de Microsoft Ibérica, explicaba durante la presentación del informe que “España es uno de los países con horarios laborales más extensos, y sin embargo, tiene la productividad como una asignatura pendiente”.
La oficina en casa del futuro
Una de las iniciativas más novedosas que encontramos en la actualidad en referencia a las soluciones profesionales para el hogar es la de Ofita, el fabricante de mobiliario de diseño, gestión y equipamiento integral de espacios de oficina. A finales del pasado año, invitaron a nueve jóvenes diseñadores a imaginar cómo será “la oficina en casa del futuro”. Para ello, se crearon tres equipos de trabajo, cada uno de los cuales abordó un concepto de hogar basado en una situación de trabajo diferente.
En primer lugar, lo que han denominado el “espacio vital”, para personas con un trabajo creativo y estimulante, considerado como una prolongación de su vida y un medio de realización personal; el “espacio infiel”, pensado para un ejecutivo que no trabaja en casa, pero que tiene que realizar algunas tareas en el hogar, y el “espacio esquizo”, diseñado para personas que lleven a cabo tareas más bien burocráticas y poco interesantes. Así, el primer espacio sería inspirador, y los ambientes de vida y de trabajo aparecerían mezclados; el segundo sería esencialmente hogareño, en el que algunos elementos de la casa permitan la realización de esas tareas ocasionales, y el tercero requiere de una diferenciación radical entre el ambiente de vida y el del trabajo.
En esta misma línea, Camilo Agromayor, Director General de Ofita, considera que las actividades laborales van a ocupar un espacio crecientemente importante en el hogar, y ello requiere un profundo replanteamiento de su configuración. “Ya no se trata, por lo tanto, de crear un espacio de trabajo específico dentro del hogar, en línea con la filosofía y la lógica del ‘despacho’ tradicional. Todo apunta, más bien, a la necesidad de avanzar hacia conceptos de espacios multifunción, de carácter polivalente, que integren de forma natural todos los elementos tecnológicos necesarios. Estos podrán transformarse de forma rápida y sencilla para adaptarse a una u otra actividad. Además, contribuirán a una mayor humanización, tanto del trabajo como de la convivencia familiar y la educación de los hijos”.
En un futuro no demasiado lejano las diferencias que existen actualmente entre trabajar en la oficina o hacerlo en casa, usar el ordenador de sobremesa o el portátil irán desapareciendo paulatinamente, para dejar paso a un entorno profesional-personal mucho más amplio. “El espectacular desarrollo de las tecnologías inalámbricas y, especialmente, la progresiva implantación del ‘cloud computing’, que permite trabajar desde cualquier ordenador, tanto dentro como fuera de la oficina, van a difuminar los límites del espacio físico de la oficina, convirtiendo todo nuestro hábitat en un espacio continuo y ocasional de teletrabajo, con toda las repercusiones que ello conlleva”, sentencia Agromayor.
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