REDACCIÓN.-"Ante las grandes divergencias económicas que tenemos, lo más problemático para el BCE será poner el tapón a las inyecciones de liquidez", afirma Laurent Bilke, economista de Nomura International en Londres.
La deuda del Gobierno y de los consumidores en algunas economías podría provocar que más de un miembro del BCE piense en la posibilidad del diferente impacto que tendría un incremento de las tasas. Por ejemplo, la deuda de consumo de Irlanda y España supera el 80% del Producto Interior Bruto (PIB), frente al 59% de Alemania y el 49% de Francia, de acuerdo a datos de Societe Generale.
Y es que una subida de los tipos de interés del BCE provocará que los Gobierno y los consumidores de países en los que todavía la recuperación parece lejana tengan que pagar más intereses por su deuda, lo que aumentaría todavía más los costes de financiación para unos bolsillos que no están listos para soportar estos encarecimientos.
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