MUCHASCASAS.NET.-REDACCIÓN.-Aquello que parecía
impensable y que fue criticado hasta la saciedad, ahora es una costumbre más
que extendida entre los españoles.
año 2005 cuando Mª Antonia Trujillo, entonces ministra de Vivienda, sugirió
la construcción de pisos de protección oficial de entre 25 y 30 m² dirigidos a
jóvenes, divorciados o jubilados. En aquel momento todo el mundo se leechó
encima. ¿Cómo se podría proponer una medida que casi parecía rozar el
límite de lo inhumano?Años después, vivir en un ‘minipiso’ es cada vez más frecuente. Los altos precios que alcanzó la vivienda fueron posicionando este tipo de oferta. Hoy, los cambios sociales y las necesidades económicas han catapultado todavía más este estilo de vida. Pero “vivir en un espacio pequeño no quiere decir necesariamente vivir en un espacio feo o caótico”, dice Julia Becerra, interiorista de IKEA. “Muchas veces –continúa- vivir en una casa pequeña significa vivir donde uno quiere, ya que en muchas ocasiones implica vivir en el centro de una ciudad”.
La solución en momentos difíciles
En una de las últimas ediciones de Construmat, distintos arquitectos presentaron propuestas que buscaban promover la investigación de nuevas tipologías de vivienda, concienciar de las necesidades de los sectores menos favorecidos y forzar el debate sobre la revisión de la normativa. En aquel momento, se sugirió la construcción de edificaciones de 20 plantas con jardín colectivo y viviendas de 30 m² con una pared tecnificada que reuniera las instalaciones sanitarias y de cocina. “Se trata de soluciones habitacionales para personas que viven solas, no generalizables”, aseguraban algunos de los arquitectos.La finalidad de estos proyectos era revalorizar los espacios comunes y permitir a las familias adaptarse a las nuevas situaciones sociales y personales, además de tratar de romper con el sistema generalizado y la tendencia imperante en España de la compra en lugar del alquiler. Las críticas volvieron a llover ante la supuesta “indignidad” de la propuesta. Hoy, tras una crisis inmobiliaria que ha dejado millones de viviendas vacías sin vender, no queda más remedio que revisar el concepto con la mente más abierta.
Javier Toro, arquitecto y blogger de pisos.com, afirma que, en cuanto al diseño del apartamento, “los condicionantes técnicos y de diseño son iguales a los de cualquier vivienda, pero hay que afinar en el amueblamiento porque hay muy poco espacio”. Considera también que “lógicamente, hay que respetar las directrices comerciales del promotor en cuanto a presupuesto y al sector de población que va dirigida la vivienda, o si van a ser para alquiler o venta”. En cuanto a la comercialización, no tiene dudas: “un apartamento o estudio amueblado y decorado se alquila muy bien”.
La normativa legal
El ministerio de Fomento establece que son necesarios 30 m2 para dos personas, y que la superficie debería ampliarse a 15 m2 por cada individuo adicional que viva en la casa. En los últimos años se han sucedido iniciativas que amplían la superficie mínima habitable en varias comunidades. Galicia lo hizo en 2008, mientras que en Cataluña, desde 2009, “toda vivienda debe tener una superficie útil interior no inferior a 40 m²”. En Málaga, desde el año 2010, los pisos de menos de 30,5 m² no tienen consideración de espacio residencial, sino de despacho u oficina. Además, las promociones residenciales futuras deben tener una dimensión media de 70 m².En Europa y en el resto del mundo se repite la misma situación, ampliando el debate sobre los límites de la dignidad. Francia llevó al Consejo de ministros un proyecto de ley para autorizar el alquiler de 2.000 habitaciones de menos de 9 m² a estudiantes y personas desfavorecidas. Singapur alquila edificios de apartamentos para mayores de 55 años. En Nueva Zelanda, estos edificios incluyen un dormitorio con baño y una zona de estar, mientras que el comedor, el salón y la cocina son comunes para todos los residentes. En Pekín, existen en el mercado del alquiler los llamados ‘pisos cápsula’, que son inmuebles de dos metros cuadrados.
Personas reales
Nada de casos aislados. Ya sea por tendencia o por necesidad, los ‘minipisos’ son completamente reales en España. Alicia A. vive en el centro de Madrid con su pareja en un piso de 25 m² por el que pagan 450 euros al mes. “Básicamente, estoy condicionada por la renta que me puedo permitir en función de mis ingresos”, explica. Pero vivir en este espacio tiene un carácter temporal: “Si algún día decidiera ser madre, tendría que mudarme a un piso más grande”.Parecido es el caso de Carlos J., un joven de Murcia que decidió realizar sus estudios universitarios en Barcelona. Tras tres años viviendo en una residencia de estudiantes, decidió vivir solo en un piso de 28 metros cuadrados en el céntrico barrio de Gracià, por el que paga unos 400 euros. Al preguntarle por los problemas de espacio, cuenta que “el ingenio no tiene límites cuando tienes que apañarte en una casa tan pequeña” y que “los muebles que tienen varias funciones son absolutamente imprescindibles”.
Estas dos personas tienen en común que ambas prefieren vivir en el centro de la ciudad que en una vivienda más grande situada un barrio periférico por la que, incluso, pagaran menos. Así, muchas de las personas que viven en ‘minipisos’ lo hacen para poder vivir precisamente donde quieren vivir. Un vistazo a la oferta de los portales inmobiliarios aporta mayor claridad: los pisos de entre 15 y 25 m2 se concentran en el centro de las ciudades, sobre todo en Madrid, multiplicándose la oferta al llegar a los 35 m². Pero la segunda mano no tiene la exclusiva, ya que las promociones de nueva construcción siguen incluyendo estudios y apartamentos de un dormitorio porque “sigue existiendo una gran demanda para viviendas para personas solas o parejas. Si no se venden, son los pisos que se alquilan mejor”, aseguran desde una constructora.
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