viernes, 4 de enero de 2013

Los inversores extranjeros dan la espalda al 'banco malo' por el riesgo país


Las dudas sobre la economía y el modelo territorial español frenan el interés en la Sareb MUCHASCASAS.NET.-Redacción Su homólogo irlándes no contó con capital foráneoLa Comisión Europea trabaja con la hipótesis de una baja participación de inversores extranjeros en el capital de la Sociedad de Activos de la Reestructuración Bancaria (Sareb), ante las reticencias mostradas por cuestiones como el elevado riesgo país y las latentes incertidumbres sobre la recuperación económica y la unidad del modelo territorial español, informaron a Europa Press en fuentes comunitarias.

"Habrá inversores extranjeros en el capital de la Sareb, pero no en un volumen importante", señalaron estas fuentes, que recuerdan que el banco malo irlandés no ha contado con accionistas extranjeros en su accionariado.

Tanto Bruselas como el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) confían en que una vez materializada la entrada de inversores privados españoles en el capital del banco malo, la participación de los inversores foráneos se producirá en una segunda fase, cuando la entidad constituya los llamados Fondos de Activos Bancarios (FAB), instrumentos de inversión colectiva que aglutinarán tanto inmuebles como créditos y que se espera contribuyan a dinamizar la demanda de activos.

En cuanto a la tipología de inversores extranjeros que pueden estar interesados en entrar en la Sareb, Bruselas y el FROB estiman que se tratará fundamentalmente de compañías aseguradoras, que se sumarán así a las entidades de este sector que ya han comprometido su participación (Mapfre, Mutua Madrileña, Catalana Occidente Axa y Pelayo). También podrían entrar en esta segunda fase hedge funds y fondos de inversión, como es el caso de los estadounidenses Cerberus y KKR, que inicialmente mostraron su interés por participar en el proyecto pero que prefieren aguardar a que haya mayores descuentos en los precios de partida de los activos.

La Sareb, constituida el pasado 28 de noviembre, nace con un capital inicial de 827 millones de euros, de los que la banca (Santander, CaixaBank, Sabadell, Popular y Kutxabank) desembolsó este jueves 430 millones y el Estado, a través del FROB, aportó los 397 millones restantes. De este modo, los inversores privados controlarán el 52% de la sociedad y el Estado quedará con el 48%, requisito necesario para que la creación de este vehículo no compute como deuda pública.

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