REDACCIÓN.-A.RICO.-Círculos cerrados, alto nivel adquisitivo, bienes al margen de la ley… Las subastas inmobiliarias arrastran algunos de los lastres que las caracterizaron en el pasado. Sin embargo, hoy en día distan de esa realidad, y se han convertido en una vía más de comercialización de inmuebles que además aporta la ventaja de “asegurar los precios más bajos del mercado, que pueden conllevar descuentos del 20 o, incluso en algunos casos, el 30%”, según explica la responsable de subastas de BNP Paribas Real Estate, Marisela González. Participar en una subasta online es un proceso sencillo que comienza con la visita a los inmuebles y la inscripción de las personas interesadas, las cuales se informan a través de catálogos de subastas, publicidad o incluso mediante teléfonos de información que habilitan algunas empresas, como es el caso de BNP Paribas (902 22 55 22).
Pero formalizar la inscripción requiere también el pago de una fianza, que suele situarse en torno al 1% del precio de salida de la vivienda. De esta forma, las empresas se aseguran de que “las personas que pujan por los inmuebles están realmente interesados en ellos”, comenta la responsable de subastas de la compañía CB Richard Ellis, Gemma Menéndez.
Una vez registrados los compradores en potencia, comienza la puja por las viviendas en las páginas web habilitadas para la ocasión. Durante este período, que suele extenderse entre cuatro y seis semanas, los participantes ofrecen sus propuestas desde el precio de salida. Algunas empresas también ofrecen la posibilidad de que sean los propios comerciales de la firma los que se encarguen de logarse en el site de subastas en nombre del cliente y trasladar sus indicaciones en materia de pujas, de manera que estos no tengan que molestarse en acceder a la web.
Las compañías que organizan las subastas se nutren tanto de los activos inmobiliarios de promotores como de entidades financieras, que este año han incrementado el número de viviendas a subastar debido a la crisis. Antes de aceptar estas viviendas, las empresas de subastas se encargan de visitar los inmuebles y pactar los precios de salida con los proveedores.
Para participar, a los pujadores se les exige el pago de un fianza, que se sitúa en el 1% del precio de salida de las viviendas
Triunfa el modelo de subasta online
“El éxito de las subastas depende de la ubicación de las viviendas y sus precios, aunque este año se ha notado un mayor grado de interés por parte de la gente”, agrega Marisela González, lo que, en su opinión, se debe a las buenas oportunidades económicas que pueden encontrarse en esta modalidad de comercialización.
Actualmente, el tipo de subasta más extendido es el online, muy por encima del presencial, ya que “facilita los trámites a los compradores y permite cubrir un nivel geográfico más amplio”, afirma Gemma Menéndez. Asimismo, la mayoría de los activos inmobiliarios subastados son viviendas residenciales, aunque también pueden encontrarse en casos puntuales locales, naves y otro tipo de inmuebles.
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