REDACCIÓN.-A.RICO.-El dueño de Air Comet culpa del triste desenlace de su aerolínea a la falta de financiación, que ha impedido encontrar un comprador, y al Gobierno de Cristina Kirchner, que le expropió Aerolíneas Argentinas hace un año por un dólar.
Gerardo Díaz-Ferrán atraviesa el momento más difícil de sus cuarenta años de vida profesional. Junto a su socio, Gonzalo Pascual, está viendo desplomarse el imperio turístico que creó bajo el paraguas de Grupo Marsans, hasta el punto de haber tenido que anunciar el cese de Air Comet. "Es la primera vez en mi vida que cierro una compañía y la primera vez en mi vida que hago un ERE, al menos un ERE sobre toda la plantilla", señala un compungido Díaz-Ferrán en declaraciones exclusivas a laedicion.net.-.
Hasta el último momento, el empresario ha intentado encontrar un comprador que consiguiera levantar el vuelo de la aerolínea y el destino de los 640 trabajadores que, después de seis meses sin cobrar, pasarán hoy a engrosar las listas de los Expedientes de Regulación de Empleo (EREs). "No podemos seguir. Llevamos un año luchando por conseguir un acuerdo de venta y hemos invertido 143 millones en mantenerla a flote", explica Díaz-Ferrán.
Hasta el pasado viernes, el presidente de la CEOE confiaba en poder enderezar el rumbo de la empresa, gracias al preacuerdo de venta que tenía con el empresario Arnold Leonoroa, dueño de Air Transport Group. Este compromiso contemplaba que el inversor holandés hubiera realizado un primer pago de diez millones de euros este mismo mes de diciembre.
Con ese dinero, Díaz-Ferrán confiaba haber pagado las seis nóminas que adeuda a la plantilla y, de hecho, les dio dos pagarés, con fechas de vencimiento 21 y 30 de diciembre, que compensaban estos retrasos y que se saldarían con la inyección de Lenoroa. Además, el nuevo accionista tenía previsto seguir aportando capital, hasta alcanzar los 90 millones de euros, que permitirían prácticamente equilibrar la situación de Air Comet, cuya deuda se cifra en 100 millones de euros.
Golpe de gracia
Pero la decisión de un tribunal británico, que el pasado viernes sentenció embargar la flota de Air Comet y prohibió seguir vendiendo billetes, por el impago de 25 millones de dólares (17 millones de euros) a la empresa de leasing de los aviones, echó por tierra todo el plan de salvamento. "Si no se ha podido vender la empresa cuando iba bien, todavía menos cuando llega una decisión como ésta", reflexiona Díaz-Ferrán.
Lejos de arremeter contra la justicia británica, el empresario la utiliza como argumento para criticar a las instituciones argentinas, contra las que lleva años luchando por la expropiación de Aerolíneas Argentinas. "La situación a la que ha llegado Air Comet ha estado motivada por la falta de financiación, que ha impedido sellar un acuerdo de venta, y por los incumplimientos firmados por el Gobierno argentino", asegura.
En julio de 2007, el Ejecutivo de Cristina Fernández de Kirchner firmó un acuerdo con Grupo Marsans, por el cual se comprometía a buscar un tasador independiente, que dictaminara el importe que debía pagar el Estado a la empresa española por expropiarle la aerolínea. Sin embargo, cinco meses después, la presidenta rompió la baraja e inció el proceso de nacionalización de la compañía por el simbólico precio de un dólar, frente a la horquilla de entre 330 y 546 millones de euros que había estimado Credit Suisse, en un informe encargado por Díaz-Ferrán y Pascual.
Argentina alegó que Aerolíneas tenía una agujero de 830 millones de dólares y, por tanto, para hacerse con la empresa les bastaba con poner encima de la mesa un dólar, el mismo precio que había pagado años antes Marsans a la SEPI por hacerse cargo de la compañía. "La justicia inglesa ha dictado sentencia en cinco días, ¡qué diferencia con la situación que vivimos en argentina!", señala Díaz-Ferrán.
No obstante, incluso con esta sentencia en firme, el empresario ha intentado negociar un crédito puente que permitiera hacer frente a esa deuda, para así levantar el embargo y ganar tiempo para seguir buscando un comprador. Pero el esfuerzo ha sido en vano. "Al ver lo que está pasando, ningún comprador tiene ganas de intentar conseguir fondos", señala el empresario", quien reconoce tener "muy pocas esperanzas". No obstante, la empresa se ha dado un mes de plazo para presentar el concurso de acreedores.
Cara y cruz
Desde que estalló la alarma, Díaz-Ferran ha estado en permanente contacto con Aviación Civil y con el Ministerio de Fomento, a quien agradece "la colaboración que está mostrando en todo momento". De hecho, José Blanco se ha comprometido públicamente a reubicar en otros vuelos a todos los usuarios afectados, colectivo que ha cifrado en 7.000 personas, aunque otras fuentes apuntan que el número de afectados podría alcanzar los 70.000.
El alcance de esta crisis, unido al hecho de que Díaz-Ferrán sea el presidente de CEOE, convierte el cierre de Air Comet en el triste icono del problema de fondo que están viviendo los empresarios. Y éste no es otro que la falta de crédito. "Tanto si queremos desinvertir como invertir, necesitamos financiación. El problema real es que no hay financiación", apunta el presidente de la patronal.
En medio de esta tormenta de malas noticias, su compañía se vio ayer agraciada por el Gordo de Navidad. No obstante, el premio sólo ha ido a parar a los trabajadores del Departamento Regional Centro, compuesto por las oficinas de venta de billetes de Madrid, Extremadura y Castilla-La Mancha. "Me alegro muchísimo", señala Díaz Ferrán. Y añade: "el premio no ha tocado al staff, sino a los miembros de ese departamento. Dios ha hecho justicia".
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